La fuente del Alborge
En el documento de 1.163 sobre el reparto de las aguas del rio Albayar encontramos que a Almonacid le correspondía un día de cada diez para el riego salvo las aguas de la fuente del Alborge que manan a los pies del mismo que eran todas para el riego en el pueblo. Esta fuente se corresponde claramente con la que ahora se llama de los 5 caños y su nombre proviene del árabe:
    - El término Alborge proviene del árabe البرج AL-BURJJ "la torre defensiva". POCKLINGTON, Robert (2016). «Lexemas toponímicos andalusíes (I)». Alhadra. Revista de la cultura andalusí 2. ISSN 2444-5282.
Por lo que la denominación encaja perfectamente con las características de Almonacid.
Al parecer esta fuente en los últimos tiempos no ha tenido una denominación concreta, conociéndose también como la fuente vieja.
Este manantial obtendría sus reservas de un embalsamiento subterráneo que podría ser el mismo que proporciona el  agua al Hortal e incluso al Galarcho a falta de comprobación de esta posibilidad.

Por otro lado es conocida la leyenda de que desde el castillo partían unas cuevas que permitían a los moros llegar hasta el rio para coger agua, cosa bastante improbable ya que antes que eso cabría la posibilidad que desde el castillo o la torre tuviesen acceso mediante un pozo a estas aguas subterráneas que mencionábamos antes aunque, dada la diferencia de cota, la profundidad debería ser enorme por lo que sería mucho más probable que resolvieran el problema con un aljibe donde recoger el agua de lluvia como ocurre en la mayoría de los castillos de la época.
Dentro del tema de las fuentes y las aguas podemos hablar de otras voces aragonesas que utilizamos en el pueblo probablemente sin saberlo, como ha sido mi caso hasta hace poco. 
Otra fuente que también cuenta con lavadero es la Fontana, cuyo nombre en aragonés significa manantial. Y también encontramos el Galarcho que en varios sitios de Aragón es el hoyo o cortadura que dejan las avenidas o aguas derrumbadas, aunque aquí tenga su propia peculiaridad al mantener un flujo constante de agua. 
Todo esto lleva a pensar en las palabras que utilizamos en Almonacid y las que se están perdiendo por desuso que pensamos recoger en un trabajo aparte sobre las voces almonacilas que recoja tanto las propias del lugar como las aragonesas utilizadas e incluso los vulgarismos asociados al castellano instalados en el habla local, tal y como ya han hecho en otros pueblos con los que además, podremos establecer comparaciones.