De tradición cristiana, son estructuras que habitualmente se situaban en las entradas/salidas de una localidad y que invitaban al caminante a encomendarse a Dios al iniciar una jornada o emprender un viaje o, a agradecer la vuelta con bien tras un desplazamiento o al regresar de sus faenas. En Almonacid contamos con varios: el de la cuba, otro al final de la portalada y el más curioso que es el que esta al comienzo de la subida hacia el barrio Alto desde la iglesia de la Virgen de los Dolores y que hace suponer que, en algún momento, allí terminaba el pueblo. También podríamos englobar en este grupo al que ahora llamamos mojón de San Jorge puesto que hay bastantes ejemplos de peirones que se erigían para marcar el camino hacia ermitas y monasterios. Habitualmente los peirones eran estructuras monolíticas rematadas con una cruz pero también hay ejemplos de otros realizados con apilaciones de piedras y con una cruz tallada en alguna de ellas. Más simple pero igualmente importante y destacable era la piedra que marcaba este punto en el camino de San Jorge en la que se encontraban talladas tres cruces y que lamentablemente desapareció no hace muchos años.